El gallo plumón
-Querida Lucía, ¿quieres que te cuente el cuento del gallo pelao?
-Sí, no, sí, no, sí, no.
Y me hace tanta gracia, que te lo cuento.
Érase una vez un gallo que tenía un plumaje tan hermoso, que era conocido como el gallo plumón. El gallo plumón estaba un día tan aburrido que se subió al tejado para ver las cosas desde otra perspectiva. Entonces el viento, que también estaba aburrido, empezó a alborotarse y a soplar fuerte, fuerte alrededor del gallo plumón. Y tan fuerte sopló, que el viento se llevó hacia el norte todas las plumas del gallo plumón. Y así fue como el gallo plumón se convirtió en el gallo pelao. Pero no te preocupes, querida Lucía, esto no fue una desgracia. El gallo plumón, que a partir de aquel momento empezó a ser conocido como el gallo pelao, y que habíamos dejado encima del tejado desplumado y con el pico apuntando al norte, le dio al matrimonio de granjeros que lo criaban la idea de un próspero negocio: la veleta. Y entonces el gallo pelao se convirtió en el personaje más ilustre de su pueblo, y nunca tuvo frío porque la granjera era la mejor tejedora de chalecos de colores de la comarca.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Monday, March 2, 2009
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